SACAR DOS PREGUNTAS DDEL SIGUIENTE TEXTO
El «miedo filosófico» a la moda
En la tradición greco-romana, la moda está condenada, no tanto como moda, sino por estar asociada al lujo, y por expresar la vanidad humana. Aristóteles, en 'la Ética a Nicómaco, sostiene una postura más matizada, en la que, si bien denuncia los excesos y aparece como defensor de la templanza, no rechaza sistemáticamente el lujo y la moda. Los moralistas europeos del Renacimiento y de la época moderna condenan ampliamente la moda. Esta condena está clara, por ejemplo, en Francia, con Rousseau, que veía en el lujo la encarnación de todo cuanto aborrecía de la civilización, como explicó en el Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres.
LOS DISTINTOS TIPOS DE DIFUSIÓN: LA MODA COMO MODELO
Retomando una distinción ya clásica en el estudio de la moda podemos señalar dos tipos de difusión. Por un lado está la moda como tal, y por otro, el entusiasmo pasajero Nystrom, 1928]. Significa que un artista, una idea o una palabra goza de una popularidad corta y repentina. Por su parte, las modas , lingüista francés, ha propuesto traducir fashion por «Moda» con mayúscula, y fad por «moda» con minúscula, pero este uso puede prestarse a confusión en algunos casos, y por eso en este libro preferimos el par conceptual moda/furor.
Como señala Diana Crane [1999], socióloga de Estados Unidos, las teorías de la difusión son centrales en el estudio científico de la moda, pero se caracterizan por una gran diversidad y por falta de coherencia. En los casos de difusión trickle across tenemos grupos sociales que pertenecen a las mismas capas sociales y que intercambian sus estilos entre sí. Otra idea de relieve que se refiere a la difusión de la moda es la existencia de «ciclos». El estudio más célebre sobre este tema concreto es el del antropólogo americano Kroeber [1919], que siguió la evolución de ocho medidas distintas, cuatro de largo y cuatro de ancho, para trajes de gala femeninos, durante el amplio periodo que va de 1844 a 1919.
la evolución completa de crecimientos y disminuciones. Gracias a estudios realizados en otros campos que no son precisamente los de la moda, se ha sabido que las tendencias no son fenómenos puramente librados al azar, sino que dependen de lo hecho el año anterior. Robinson 1976], estadounidense que hace hise toria económica, estudió el vello facial en hombres ingleses de las clases sociales altas entre 1842 y 1972. Sacó la contabilidad del número de retratos fotográficos de hombres que aparecieron en Illustrated London News con distintos tipos de vellosidad facial.
Demostró que, hasta 1885, la proporción de hombres con afeitadas cortas fue disminuyendo constantemente hasta llegar al mínimo, por debajo del 20%. Observando en detalle los distintos tipos de corte del vello facial, Robinson constata que, mientras las patillas dominan durante el principio del siglo XIX, ya a lo largo del siglo XX son reemplazadas por la barba, y luego por el bigote, antes de que se imponga la barba fina o corta.
