Respuesta :

En las entrañas de la máquina de vapor,

surge la Revolución Industrial con su fulgor.

Las fábricas se levantan, los talleres resuenan,

el progreso y la modernidad se entrelazan.

El hierro y el carbón, los motores a vapor,

transforman la producción con su poder.

Las manos obreras, incansables y fuertes,

forjan el futuro, rompiendo las cadenas inertes.

Los campos se vacían, los campesinos migran,

hacia las ciudades donde el trabajo prospera.

Las calles se llenan de humo y de ruido,

mientras la industria avanza sin detenerse un segundo.

Pero entre la oscuridad y el humo denso,

se alzan las voces de los trabajadores inmensos.

Exigen derechos y mejores condiciones,

luchan por justicia en todas las facciones.

La Revolución Industrial, con su rostro dual,

genera riqueza pero también desigualdad brutal.

Los obreros se organizan y se levantan,

buscando un mundo más justo, donde todos sean iguales.

En medio del progreso y la innovación,

la Revolución Industrial deja una lección.

Que el avance tecnológico no debe olvidar,

la importancia de la justicia social para avanzar.

Así, en los libros de historia quedará grabado,

el poema de la Revolución Industrial,

donde la lucha de los trabajadores nunca cesó,

y el mundo cambió para siempre en su caudal.