Respuesta :

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Como la sonrisa es contagiosa, la alegría volvió al pueblo

Murió bien cuidado y rodeado de cariño, el dolor no era amargo, sino dulce y consolador

Había otro más sabio que él, pues tenía en la cabeza metidos todos los libros de la biblioteca

Pocos hombres tan buenos había echado Dios al mundo