Respuesta :

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En la oscuridad de la noche, brillaba su sonrisa como el sol en el ocaso,

sus ojos, dos luceros que iluminaban la penumbra del alma,

como estrellas fugaces en un cielo de incertidumbre.

Su risa, dulce como la miel, pero amarga como el desengaño,

caminaba entre sombras, buscando la luz en la oscuridad,

como un lobo solitario en un bosque de dudas.

Explicación: