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El neokeynesianismo es una corriente dentro de la teoría económica que surge como una revisión y actualización de las ideas originales del economista John Maynard Keynes, quien fue una figura central en la formulación de políticas económicas durante la Gran Depresión. Aunque existen diferentes variantes de neokeynesianismo, su objetivo principal es proporcionar una respuesta a las deficiencias y críticas dirigidas hacia el keynesianismo clásico, al tiempo que mantiene su enfoque en el papel del gobierno en la economía.
Algunos de los objetivos principales del neokeynesianismo incluyen:
1. **Estabilidad macroeconómica**: El neokeynesianismo busca mantener la estabilidad económica mediante la regulación de la demanda agregada y la implementación de políticas monetarias y fiscales activas. Esto incluye el uso de políticas contracíclicas para contrarrestar las fluctuaciones económicas, como las recesiones y las expansiones.
2. **Pleno empleo**: Al igual que Keynes, los neokeynesianos consideran que el pleno empleo es un objetivo deseable de política económica. Buscan reducir la tasa de desempleo a través de políticas de estímulo fiscal y monetario que fomenten la inversión y el crecimiento económico.
3. **Equidad y justicia social**: El neokeynesianismo tiende a enfatizar la importancia de la equidad y la justicia social en la distribución del ingreso y la riqueza. Esto puede manifestarse en políticas que buscan reducir la desigualdad económica y proporcionar un mayor acceso a oportunidades para todos los miembros de la sociedad.
4. **Regulación del mercado**: A diferencia de los enfoques neoclásicos que tienden a favorecer la libre competencia y la autorregulación del mercado, el neokeynesianismo aboga por una regulación gubernamental más activa para corregir fallas de mercado, como la asimetría de la información, los monopolios y la inestabilidad financiera.
5. **Estabilidad financiera**: El neokeynesianismo reconoce la importancia de mantener la estabilidad en los mercados financieros para prevenir crisis económicas y garantizar un crecimiento sostenible. Esto implica la regulación y supervisión efectiva de los mercados financieros para prevenir prácticas especulativas y comportamientos riesgosos.
En resumen, el objetivo general del neokeynesianismo es promover un enfoque equilibrado de política económica que combine la intervención gubernamental con los mecanismos de mercado para lograr objetivos como la estabilidad macroeconómica, el pleno empleo y la equidad social.