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La combustión es una reacción química en la que un combustible reacciona con un oxidante, generalmente oxígeno, liberando energía en forma de calor y luz. Los materiales necesarios son un combustible, un oxidante y una fuente de calor o energía para iniciar la reacción. Ejemplos comunes de combustibles son la madera, el gasolina, el carbón y el gas natural. El oxígeno del aire es el oxidante más común. La fuente de calor puede ser una chispa, una llama, o incluso la fricción en algunos casos.
La combustión es un proceso químico exotérmico en el cual un combustible reacciona con un oxidante (usualmente oxígeno) para liberar energía en forma de calor y luz. Para que la combustión ocurra, se necesitan tres elementos clave conocidos como el "triángulo del fuego": combustible, oxígeno y calor. Estos son los componentes básicos:
1. **Combustible**: Es el material que se va a quemar y que proporciona la energía para la combustión. Puede ser sólido (como madera, carbón), líquido (como gasolina, aceite) o gaseoso (como el gas natural, el propano). El combustible es la fuente de carbono e hidrógeno en la reacción de combustión.
2. **Oxígeno**: Es el agente oxidante necesario para la combustión. El oxígeno del aire es el más comúnmente utilizado en la combustión, ya que está presente en una proporción del 21% en el aire atmosférico. El oxígeno es esencial para que el combustible reaccione y libere energía.
3. **Calor**: La combustión requiere una cierta cantidad de calor para iniciar y mantener el proceso. Esto se conoce como temperatura de ignición. Una vez que la reacción de combustión comienza y se libera calor, puede ser suficiente para mantener el proceso de manera autónoma, lo que se conoce como combustión auto-sostenida.
Cuando estos tres elementos están presentes en las condiciones adecuadas, se produce la combustión. Por ejemplo, cuando enciendes un fósforo (calor) cerca de un trozo de papel (combustible) en presencia de aire (oxígeno), se inicia la combustión y el papel comienza a arder.
Es importante destacar que la combustión puede ser completa o incompleta dependiendo de las condiciones en las que se produce. En la combustión completa, el combustible reacciona completamente con el oxígeno, produciendo dióxido de carbono y agua como productos principales. En la combustión incompleta, el oxígeno disponible no es suficiente para reaccionar completamente con el combustible, lo que puede llevar a la formación de subproductos como monóxido de carbono (CO) en lugar de dióxido de carbono (CO2). La combustión completa es generalmente más deseable ya que produce menos productos nocivos.