El gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) en México ha sido objeto de diversos análisis y opiniones, ya que fue un período marcado por importantes transformaciones políticas, económicas y sociales. Desde una perspectiva crítica, se pueden identificar varios aspectos de su gestión que generaron controversia.
Uno de los aspectos más destacados y polémicos de su gobierno fue su política de nacionalización petrolera, que tuvo un impacto significativo en la economía mexicana y en las relaciones internacionales del país. Si bien esta medida fue vista como un acto de soberanía y justicia social al recuperar recursos naturales para beneficio del pueblo mexicano, también generó tensiones con empresas extranjeras y gobiernos extranjeros, lo que afectó las inversiones y el comercio internacional.
Además, el gobierno de Cárdenas estuvo marcado por un fuerte autoritarismo y centralismo, con una concentración de poder en la figura presidencial que limitaba la participación política y la libertad de expresión. Aunque se implementaron políticas de reforma agraria y se promovieron programas de educación y salud, hubo críticas sobre la falta de democracia interna en el partido gobernante y la represión a la oposición política.
En términos económicos, si bien se avanzó en la redistribución de la tierra y en la industrialización del país, también hubo críticas sobre la falta de eficiencia y transparencia en la gestión de los recursos públicos, así como sobre la persistencia de la corrupción y el clientelismo en algunas áreas de la administración.
