Explicación:
Había una vez un oso llamado Benito que vivía en lo profundo del bosque. Benito era un oso grande y fuerte, pero a menudo se mostraba impaciente y poco tolerante con los demás animales del bosque. Un día, la sabia lechuza del bosque se acercó a Benito y le dijo: "Querido Benito, la tolerancia es una virtud que hará tu vida más plena y armoniosa".
Estas palabras resonaron en el corazón de Benito, quien decidió emprender un viaje personal para aprender a ser más tolerante. Durante su travesía, se encontró con animales de diferentes colores, tamaños y formas, y en cada encuentro practicaba la paciencia y la comprensión.
Con el tiempo, Benito aprendió a escuchar a los demás, a comprender sus diferencias y a aceptar que cada ser es único. Se dio cuenta de que la tolerancia no significaba estar de acuerdo con todos, sino respetar y convivir en armonía a pesar de las divergencias.
Cuando regresó al bosque, Benito se convirtió en un ejemplo de tolerancia para todos los animales. Su actitud comprensiva y respetuosa creó un ambiente de paz y cooperación en el bosque, donde cada uno podía ser libre de ser quien realmente era.
Desde entonces, Benito el oso fue conocido como el oso tolerante, recordándonos a todos que la verdadera grandeza reside en la capacidad de aceptar y respetar a los demás, sin importar nuestras diferencias.
