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El deber es inevitable en la sociedad porque vivir en comunidad implica tener responsabilidades hacia los demás y hacia el funcionamiento colectivo. En cualquier sociedad, existen normas, valores y expectativas compartidas que guían el comportamiento de los individuos. Estas normas y expectativas crean obligaciones y deberes que cada miembro debe cumplir para contribuir al bienestar común y mantener la armonía social.

Además, el deber surge de la interdependencia entre los miembros de la sociedad. Cada individuo depende de otros para satisfacer sus necesidades básicas y para alcanzar metas personales y colectivas. Por lo tanto, es inevitable que surjan obligaciones hacia aquellos de quienes dependemos y hacia quienes dependen de nosotros.

Además, el deber también está relacionado con el concepto de reciprocidad. Cuando otros cumplen con sus deberes hacia nosotros, sentimos una obligación moral de corresponder de la misma manera. Esta reciprocidad fortalece los lazos sociales y contribuye a la cohesión y estabilidad de la sociedad.

En resumen, el deber es inevitable en la sociedad porque surge de la necesidad de mantener la cohesión social, la interdependencia entre los miembros y la reciprocidad en las relaciones humanas. Vivir en sociedad implica asumir responsabilidades hacia los demás y hacia el funcionamiento colectivo, lo que hace que el deber sea una parte fundamental de la vida en comunidad.