La teoría keynesiana se basa en varios principios fundamentales, incluyendo:
Demanda agregada: Keynes argumentó que la demanda agregada determina el nivel de producción y empleo en una economía.
Inversión: La inversión es una variable clave que puede ser volátil y afectar significativamente la demanda agregada.
Intervención del gobierno: Keynes abogó por la intervención del gobierno para estabilizar la economía, mediante políticas fiscales y monetarias.
Desempleo involuntario: Sostuvo que el desempleo puede persistir incluso en equilibrio, debido a la falta de demanda efectiva.
Expectativas: Las expectativas de los agentes económicos pueden influir en sus decisiones de gasto e inversión, lo que puede llevar a fluctuaciones económicas.
Estos son algunos de los principios clave de la teoría keynesiana.
