Respuesta :
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Aquí está un párrafo que utiliza las figuras literarias que solicitaste:
La brisa era como un susurro cálido que acariciaba con delicadeza mi piel. Las nubes, cual titanes perezosos, se deslizaban por el cielo infinito. Mi corazón, un ruiseñor enjaulado, batía sus alas frenéticamente contra los barrotes de la soledad. Los árboles, cual ancianos sabios, extendían sus brazos huesudos hacia el sol, implorando su luz dorada. Y yo, una diminuta hormiga en medio de este vasto océano de vida, me sentía insignificante y vulnerable ante la belleza abrumadora que me rodeaba.
Respuesta:
En un atardecer similar a un lienzo pintado por el mismísimo Van Gogh, el sol lanzaba hiperbólicamente sus rayos dorados sobre el mar, como si quisiera abrazar cada ola con su cálido resplandor. Las olas, humanizadas en su danza eterna, susurraban secretos ancestrales mientras acariciaban la playa con su espuma blanca. El viento, como un amante celoso, soplaba con fuerza, agitando los árboles con un susurro epitéticamente salvaje. En este escenario, la naturaleza se convierte en poesía viva, donde cada elemento, metafóricamente hablando, cobra vida propia y se funde en una armonía sublime.