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David Santalla Barrientos, conocido por su prolífica carrera en el teatro y la comedia en Bolivia, se embarca en una travesía hacia su pasado en "Aquel niño travieso que fui". En este libro, el autor ofrece un viaje íntimo y a menudo hilarante a través de su niñez y juventud, describiendo las travesuras y aventuras que definieron sus primeros años. El texto no solo actúa como un registro personal, sino también como un espejo cultural que refleja la Bolivia de mediados del siglo XX.

La historia comienza en La Paz, la ciudad donde Santalla nació y creció. Desde los primeros capítulos, el lector es introducido a un niño lleno de energía y curiosidad, rasgos que serían cruciales en su futura carrera como comediante. Santalla describe su entorno familiar con cariño y detalle, mostrando la influencia de sus padres y hermanos en su desarrollo. Su madre, una figura cariñosa pero firme, y su padre, un hombre de principios estrictos pero justo, moldearon gran parte de su carácter.

Una de las primeras travesuras que recuerda Santalla es el incidente con una pizarra en la escuela primaria. Motivado por un deseo de impresionar a sus compañeros, el joven David decidió alterar las notas del profesor en la pizarra, lo que le valió un castigo ejemplar. Este evento, sin embargo, no frenó su espíritu travieso; más bien, lo impulsó a buscar formas más ingeniosas de causar revuelo sin ser atrapado.

Santalla también relata sus experiencias con la religión y la fe, aspectos centrales en la vida de su familia. Los domingos eran días sagrados, dedicados a asistir a la iglesia y compartir en familia. A pesar de su naturaleza inquieta, estas experiencias inculcaron en él un profundo respeto por las tradiciones y valores que llevaría consigo toda su vida. Sin embargo, también encontró formas de desafiar las normas religiosas, como cuando intentó escaparse de la misa para jugar con sus amigos.

El libro está lleno de episodios cómicos y entrañables, como las anécdotas sobre sus primeras incursiones en el arte del entretenimiento. Fascinado por el teatro desde una edad temprana, Santalla solía organizar pequeñas obras de teatro en su casa, usando cualquier cosa que encontrara como utilería. Estos primeros experimentos, aunque rudimentarios, fueron fundamentales para su desarrollo como actor y comediante.

Uno de los aspectos más notables de la autobiografía es cómo Santalla utiliza el humor para abordar temas serios. No se evita hablar de las dificultades económicas que su familia enfrentó, ni de las tensiones sociales y políticas de la época. Sin embargo, siempre lo hace con un tono que mezcla la reflexión con la ligereza, permitiendo al lector comprender la resiliencia y la capacidad de encontrar alegría incluso en los tiempos difíciles.

Otro elemento recurrente en el libro es la importancia de la educación. Santalla destaca la influencia de varios de sus maestros, quienes, a pesar de su estricta disciplina, fomentaron su amor por el conocimiento y la creatividad. Estos maestros vieron más allá de su naturaleza traviesa, reconociendo su potencial y guiándolo para canalizar su energía en actividades constructivas.

Las páginas del libro también están adornadas con historias de amistad y camaradería. Santalla habla con nostalgia de sus amigos de la infancia, con quienes compartió innumerables aventuras. Desde exploraciones en las colinas cercanas hasta juegos improvisados en las calles, estos amigos fueron compañeros esenciales en su viaje hacia la adultez. Las lecciones aprendidas y los lazos formados durante estos años tempranos dejaron una huella imborrable en su vida.

A medida que Santalla avanza en su narrativa, también describe su adolescencia y las inevitables rebeliones que vienen con ella. Los conflictos con la autoridad, tanto en el hogar como en la escuela, se vuelven más frecuentes. A pesar de estos desafíos, el joven David comienza a encontrar su voz y su camino, desarrollando una comprensión más profunda de quién es y quién quiere llegar a ser. Estos años están marcados por un creciente interés en el teatro y la comedia, áreas donde finalmente encontraría su vocación.

Explicación:

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