Leer la siguiente historia y responder a las preguntas:
- Gladys, ¿podrías darme una gaseosa, por favor?
- ¡No hay! Solo hay refrescos.
-¿Tan rápido se acabaron las gaseosas? - Dice mi mamá que ha salido una nueva ley que va a prohibir la comida chatarra en los colegios.
- Sí, pero me imagino que eso viene con el aumento de precios, ¿no? ¡La comida procesada suele ser más barata! - No sé..., pero ¿no es el colegio el que debería enseñarnos a elegir qué es mejor? No entiendo por qué nos quieren obligar cuando cada uno podría elegir. -Yo estoy de acuerdo con la decisión, pero ¿puede el Estado decidir por todos?

Responde: (todas las respuestas más de 13 líneas)

✓ ¿Te identificas con alguna de estas posturas?, ¿Cuál sería tu punto de vista frente a esta ley que está ahora vigente?, ¿por qué?.

✓ ¿Cuáles son los beneficios o problemas que surgen con esta ley?

✓ ¿Crees que reflexionar sobre esta ley vale la pena si es que ya está aprobada?

2. Responde las siguientes preguntas: (las respuestas más de 15 lineas)

a. ¿Qué opinas de esta ley?, ¿Crees que debe prevalecer el derecho a la salud o el derecho a la libertad de elegir?, ¿por qué?

b. En líneas generales, ¿son saludables los alimentos que se expenden en el cafetin o quiosco de tu institución educativa? Justifica tu punto de vista procurando defender alguno de los derechos mencionados.

c. Siendo consecuente con tus propios principios, ¿qué harías para mejorar, la calidad de la alimentación en tu institución educativa?​

Respuesta :

Respuesta:

1. En cuanto a las posturas planteadas en la historia, puedo identificarme con la variada gama de opiniones. Por un lado, entiendo la preocupación por la salud y la importancia de fomentar hábitos alimenticios más saludables en las escuelas. Sin embargo, también valoro la libertad de elección y la responsabilidad individual en la toma de decisiones alimenticias. En mi punto de vista, creo que la ley que prohíbe la comida chatarra en los colegios puede ser beneficiosa en términos de promoción de la salud y la prevención de enfermedades relacionadas con la alimentación poco saludable.

Los beneficios de esta ley son la promoción de hábitos alimenticios más saludables entre los estudiantes, la prevención de enfermedades relacionadas con la mala alimentación, y la concienciación sobre la importancia de una dieta equilibrada desde temprana edad. Sin embargo, también surgen problemas como el aumento de precios de opciones más saludables, la posible resistencia por parte de los estudiantes acostumbrados a ciertos productos, y la discusión sobre la intervención del Estado en decisiones individuales.

Considero que reflexionar sobre esta ley sigue siendo importante incluso si ya está aprobada, ya que se pueden identificar posibles mejoras o ajustes en su implementación. Además, es relevante evaluar su impacto a largo plazo y adaptarla según las necesidades y resultados que vayan surgiendo.

2. a. En mi opinión, esta ley que prohíbe la comida chatarra en los colegios debe prevalecer en función del derecho a la salud. Si bien valoro la libertad de elegir, considero que en el caso de la alimentación escolar, donde los niños y adolescentes están en etapa de formación, es crucial priorizar la salud y el bienestar a futuro. La prevención de enfermedades relacionadas con la mala alimentación y la promoción de hábitos saludables son fundamentales para el desarrollo de una sociedad más sana y consciente.

b. En general, los alimentos que se expenden en el cafetín o quiosco de las instituciones educativas pueden no ser los más saludables. Siendo consciente de la importancia de la salud y el derecho a una alimentación adecuada, considero que prevalecería el derecho a la salud. Es crucial brindar opciones nutritivas y equilibradas a los estudiantes, promoviendo así su bienestar y desarrollo integral. Defender el derecho a la salud implica garantizar que los alimentos disponibles en las escuelas sean adecuados para una dieta balanceada y contribuyan al crecimiento y rendimiento académico de los estudiantes.

c. Para mejorar la calidad de la alimentación en mi institución educativa, me comprometería a promover iniciativas como la inclusión de más frutas, verduras y alimentos naturales en el menú escolar. Además, fomentaría la educación nutricional entre los estudiantes para que tomen decisiones informadas sobre su alimentación. Colaboraría con profesionales de la salud y expertos en nutrición para diseñar estrategias que mejoren la oferta alimentaria en la escuela, priorizando siempre la salud y el bienestar de los alumnos.