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Había una vez un joven llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo costero. Lucas tenía un armario mágico en su habitación, lleno de cosas inusuales que encontraba en la playa cercana. Un día, mientras paseaba por la orilla, vio algo brillante medio enterrado en la arena. Al acercarse, descubrió un antiguo lápiz de plata con extrañas inscripciones.

Intrigado, Lucas llevó el lápiz a casa y lo guardó en su armario mágico. Esa noche, mientras dormía, soñó que estaba en una playa diferente, una donde las olas eran de un azul radiante y la arena brillaba como oro. Despertó con una sensación extraña y decidió investigar más sobre el lápiz.

El siguiente día, Lucas subió a su viejo carro y condujo hasta la biblioteca del pueblo. Después de horas de búsqueda, encontró un libro antiguo que mencionaba un lápiz mágico que tenía el poder de hacer realidad los sueños. Emocionado, regresó a casa con el libro.

Esa misma noche, antes de dormir, Lucas escribió en un trozo de papel con el lápiz de plata: "Quiero tener un pantalón que me lleve a una aventura increíble." Al despertar, encontró un par de pantalones nuevos en su armario. Se los puso y, de repente, fue transportado a un vasto campo lleno de caballos salvajes.

Uno de los caballos, un hermoso corcel blanco, se acercó a Lucas y lo invitó a montarlo. Juntos, galoparon por paisajes maravillosos hasta llegar a un gran árbol de limón, cuyas frutas brillaban con una luz dorada. Lucas recogió un limón y, al darle un mordisco, sintió una energía renovada y una alegría inmensa.

De vuelta en su habitación, Lucas comprendió que el lápiz de plata y el armario mágico le habían dado la capacidad de vivir aventuras extraordinarias. Desde ese día, cada noche escribía un nuevo deseo antes de dormir y vivía experiencias increíbles, siempre regresando con un recuerdo especial, ya fuera un limón dorado, una pluma de caballo o la satisfacción de haber explorado mundos fantásticos.

Y así, Lucas aprendió a valorar el poder de sus sueños y la magia que había en su vida cotidiana, siempre esperando la próxima aventura que el lápiz de plata y su armario mágico le tenían preparada.

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