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La mayoría de las especies en peligro de extinción se encuentran en hábitats que han experimentado una degradación significativa debido a la actividad humana, como la deforestación, la urbanización, la contaminación y el cambio climático. Esto incluye regiones como la Amazonía, los bosques tropicales, los arrecifes de coral, así como áreas con alta biodiversidad en todo el mundo. Además, algunas especies en peligro de extinción pueden ser endémicas de ciertas islas o regiones específicas, lo que las hace aún más vulnerables a la extinción si su hábitat se ve amenazado.