Aquel monólogo terrible del alma ante la muerte, del alma que la interroga, que la maldice ... que le ruega, que la llama ... demasiado elocuente respuesta dio esa tumba fría y sorda, que mis brazos oprimían y mis lágrimas bañaban. El espíritu idealista. El paisaje nocturno. La finitud de la vida. El narrador omnisciente.