Carta de Cipriano a Amelia Bleckmann
Querida Amelia:
Escribo estas líneas con el corazón apesadumbrado, pues debo confesarte la dolorosa decisión de partir de nuestro hogar y dejar atrás la vida que hemos construido juntos. Sé que estas palabras te causarán dolor y confusión, y por ello te pido disculpas de antemano.
Mi partida no se debe a una falta de amor hacia ti o hacia nuestros hijos. Al contrario, mi amor por ti es más fuerte que nunca, y el bienestar de nuestra familia es mi mayor prioridad. Sin embargo, las circunstancias me han obligado a tomar este camino tan difícil.
Como sabes, desde hace tiempo he sentido una profunda inquietud en mi interior, una llamada que me impulsa a explorar nuevos horizontes. He luchado contra ella, tratando de conciliarla con mi amor por ti y por nuestra familia. Pero la llamada se ha vuelto cada vez más fuerte, y ya no puedo ignorarla.
Sé que esto puede parecerte egoísta, y te pido que me perdones por el dolor que te causo. Pero te aseguro que no tomo esta decisión a la ligera. He meditado sobre ella durante mucho tiempo, y estoy convencido de que es el camino correcto para mí.
Debo partir en busca de mi verdadero propósito en la vida. No sé a dónde me llevará este viaje, ni cuánto tiempo durará. Pero tengo la esperanza de que algún día pueda regresar a ti y a nuestros hijos, habiendo encontrado la paz y la realización que tanto anhelo.
Te ruego que me comprendas y me apoyes en esta difícil decisión. Tu amor y tu comprensión serán mi mayor fortaleza en este viaje. Prometo mantenerte informada de mi paradero y escribirte con regularidad.
Con todo mi amor,
Cipriano