Cuando un vaso con líquido se cae sobre una mesa, el líquido tiende a derramarse y extenderse en todas direcciones debido a la fuerza de la gravedad y la inercia. A medida que el vaso se cae, el líquido dentro del vaso sigue moviéndose en la dirección en que se estaba moviendo antes de la caída, lo que resulta en un derrame que cubre una gran superficie de la mesa. Además, el impacto del vaso al caer también puede hacer que el líquido salpique en diferentes direcciones, contribuyendo a una mayor extensión del derrame sobre la mesa.
