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En un pequeño pueblo, cada año se celebraba una competencia de talentos donde los niños y niñas mostraban sus habilidades. Sin embargo, siempre se observaba una tendencia: los niños predominaban en categorías como deportes y ciencias, mientras que las niñas destacaban en artes y música.
Un año, una niña llamada Ana decidió cambiar eso. Presentó un increíble experimento científico que dejó a todos boquiabiertos. Después de su presentación, una niña más, María, mostró sus habilidades en fútbol, desafiando las expectativas.
Los jueces quedaron impresionados y reconocieron el talento sin importar el género. A partir de entonces, en la competencia anual, niños y niñas se animaban mutuamente, sabiendo que todos tenían igualdad de oportunidades para brillar.
