Cuál fue la causa por la que Julio César quedó paralítico?
a. Porque sus movimientos no eran normales cuando nació.
b. Porque se tragó el líquido amniótico y no le aspiraron.
c. Porque tuvo una fuerte infección, fiebre alta y convulsionó.​

Respuesta :

Respuesta:

En un pueblecito donde las calles eran muy estrechas. Para que pudieran pasar los

animales sin molestar a las personas, el alcalde había dado la orden de que siempre

que pasara alguien con un animal, fuera diciendo en voz alta: "apártense, por

favor".

Un día, un labrador volvía con su buey y, vio a dos hombres hablando en la mitad

de la calle. Eran unos hombres muy ricos y orgullosos, así que, cuando el labrador

se acercó y les gritó: "¡Apártense, por favor!", ellos no le hicieron caso y siguieron

hablando.

Al labrador no le dio tiempo de parar al buey, y el animal, al pasar, empujó a los

dos hombres y los tiró al suelo. Como sus ropas se llenaron de barro, los hombres,

muy enfadados, le dijeron al labrador:

-¡Mira lo que nos ha hecho tu buey! Ahora tendrás que comprarnos trajes

nuevos. Si no lo haces, mañana te denunciaremos al alcalde.

Entonces, el labrador fue a ver al alcalde y le contó lo ocurrido. El alcalde, que

era un hombre justo y muy listo, le dijo:

-No te preocupes. Mañana, cuando vengan a denunciarte esos dos ricachones,

tú vienes también y te haces el mudo. Oigas lo que oigas, tú no digas nada.

Al día siguiente, se presentaron todos ante el alcalde, y los dos ricachones

acusaron al labrador de pasar con el buey sin avisar y de atropellarlos.

-¿Por qué no avisaste a estos hombres para que se apartaran? -preguntó el

alcalde al labrador.

El alcalde le hizo varias preguntas más, pero el labrador no dijo ni "mu".

Entonces, el alcalde les dijo a los ricachones que aquel labrador debía de ser mudo.

-¡Qué va a ser mudo! -respondieron rápidamente los dos hombres-. Ayer lo

oímos hablar en la calle, ¡y bien alto! Nos gritó que nos apartáramos.

-Entonces -dijo el alcalde-, si el labrador les avisó de que se apartaran y no lo

hicieron, la culpa es de ustedes. Y por haber acusado injustamente a este hombre,

le darán diez monedas de plata cada uno.