Respuesta :

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Las personas que tienen dicha capacidad se llaman autodisciplinadas.

Se trata de un concepto muy vinculado a la motivación y al empeño, ya que consiste en aplicar la razón para determinar el propio comportamiento, o sea, en hacer las cosas que debemos hacer, incluso cuando no queremos hacerlas. La autodisciplina es clave a la hora de sostener rutinas, introducir cambios importantes en la vida o de esforzarse de manera sostenida durante largos períodos de tiempo. De esta manera, se puede dar origen a dos tipos de comportamientos:

Comportamiento virtuoso. Llamado así porque las motivaciones propias están alineadas con el objetivo que se desea alcanzar, consiste en hacer una tarea considerada como positiva y sostener su ejecución en el tiempo. Dicho de otro modo, se trata de la autodisciplina necesaria para conquistar lo que se desea.

Comportamiento contingente. Llamado así porque las motivaciones propias están en contra del objetivo que se desea alcanzar, a pesar de que dicho objetivo se considera bueno, necesario o ideal. Dicho de otro modo, se trata de la autodisciplina necesaria para hacer lo que sabemos que debemos hacer, pero no queremos hacer.

En conclusión, se puede comprender la autodisciplina como una forma particular e individual de la disciplina, esto es, de las reglas de conducta y comportamiento que les imponen a los individuos las instituciones, organizaciones o acuerdos sociales.

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