Respuesta:
Las relaciones entre especies pueden ser fascinantes y tienen un impacto significativo en los ecosistemas. A continuación, describiré algunos tipos de relaciones interespecíficas junto con ejemplos:
Amensalismo:
En esta relación, un individuo produce una sustancia tóxica que afecta negativamente a otro. Por ejemplo, el eucalipto (Eucalyptus globulus) segrega sustancias que dañan e imposibilitan el crecimiento de especies vegetales a su alrededor1.
Otro ejemplo es el hongo Penicillium, que produce sustancias que inhiben el crecimiento de microorganismos cercanos1.
Epibiosis:
En este caso, un organismo sésil e inofensivo (epibionte) vive encima de otro ser vivo (basibionte). Por ejemplo, barnacles, rémoras o algas pueden vivir sobre ballenas, tiburones o tortugas marinas1.
Tanatocresis:
Esta relación ocurre cuando un individuo utiliza los restos de otros organismos muertos para su propio beneficio. Por ejemplo, el cangrejo ermitaño (Eupagurus bernhardus) se refugia y protege utilizando la concha vacía de un caracol1.
Foresia:
En la foresia, una especie utiliza a otra como medio de transporte sin causarle daño. Por ejemplo, algunos insectos pueden viajar en el pelaje de mamíferos o en las plumas de aves1.
Explicación:
Estas relaciones interespecíficas influyen en la dinámica de los ecosistemas y la distribución de las especies. ¡La naturaleza es asombrosa!