Respuesta :

En un pequeño pueblo junto al mar, vivía un anciano pescador llamado Emilio. Todos los días, antes del amanecer, Emilio salía al mar en su pequeña embarcación, acompañado solo por el sonido del agua y el susurro del viento. A lo largo de los años, había atrapado innumerables peces y compartido historias con las olas que lo rodeaban.

Un día, mientras lanzaba su red al mar, Emilio sintió un tirón fuerte y repentino. Con sorpresa, descubrió que había atrapado algo más grande que cualquier pez que había visto antes. Con cuidado, empezó a jalar la red hacia arriba, sintiendo la emoción y la anticipación crecer en su pecho arrugado.

Cuando finalmente logró sacar la red del agua, se encontró cara a cara con una criatura extraordinaria: un delfín herido que había quedado atrapado en su red. El delfín lo miraba con ojos llenos de dolor y súplica, como si suplicara ayuda.

Sin dudarlo, Emilio cortó cuidadosamente la red para liberar al delfín y lo sostuvo en sus brazos mientras lo llevaba de regreso a la orilla. Allí, con la ayuda de algunos niños del pueblo, cuidó al delfín herido y lo devolvió al mar, donde nadó con gracia hacia el horizonte.

Desde ese día, Emilio fue conocido como el "pescador de delfines" en su pueblo. Y aunque continuó pescando en el mar, su mayor tesoro siempre sería el recuerdo de aquel encuentro mágico que cambió su vida para siempre.