Una cirugía maxilofacial generalmente comienza con la evaluación exhaustiva del paciente, incluyendo estudios de imagen como radiografías y tomografías. Se realiza una planificación quirúrgica detallada que puede involucrar modelos 3D y simulaciones por computadora. Durante la cirugía, el paciente generalmente está bajo anestesia general para asegurar su comodidad y seguridad. El cirujano realiza incisiones precisas en la región afectada y utiliza técnicas específicas para corregir deformidades o problemas funcionales. Después de la intervención, se sigue un periodo de recuperación que incluye cuidados postoperatorios y seguimiento médico para asegurar una adecuada cicatrización y resultados óptimos.
