POBRE
Ser pobre sale carísimo. Los ricos de verdad, en cambio, nunca gastan ni un centavo, razón por la cual se llega al doble
absurdo de que los ricos no necesitan plata. Si los ricos no gastan, no es solamente por amarrados, aunque también. Lo que
pasa es que cuanto más rica y poderosa es una persona, menos tiene que acudir a su propio bolsillo, y si es suficientemente
rica y poderosa, no necesita tener ni siquiera bolsillo. No requiere cartera ni billetes ni cheques ni tarjetas. Si mucho un
monedero, para dar limosna en la calle, si llega a pisar la calle, nada más.
Les pongo algunos ejemplos encumbrados: los presidentes de las repúblicas, o los presidentes de las grandes compañías,
no necesitan comprar carro, ni casa, ni helicóptero, ni avión, ni gasolina, ni yate, ni mercado. El carro o los carros, enormes,
cómodos y blindados, los ponen la compañía o el Estado; el chofer también está pagado, así como el resto de la
servidumbre. El avión está ahí para que lo use según su voluntad, y para tanquearlo se usa la gasolina de la otra empresa
del holding, o la gasolina del Estado. La casa, un palacio, está puesta a su disposición por la empresa o por el Estado. Y
aunque no tienen gastos, sin embargo, a estas personas se les pagan sueldos, sueldazos, quiero decir, solo que como ellos
no necesitan gastar, pueden invertir el salario (llamémoslo así) en lo que quieran. No en caprichos, porque ellos tienen
satisfechos como por encanto, y gratis, todos sus caprichos. Invierten, generalmente, en lo que algún experto les diga. Vea,
mañana va a subir el dólar, compre hoy todo lo que tenga. Vea, mañana va a bajar Microsoft, venda todas las acciones, y
así, porque están bien informados.
Los ricos siempre están invitados a cualquier país del mundo donde vayan. Les mandan whisky, libros y champaña de
regalo. No gastan en ropa porque el Estado los viste para que estén bien presentados. Los bolígrafos, los relojes, las
raquetas, los zapatos, las corbatas y las joyas se los mandan los fabricantes de regalo pues si los ricos los usan les sirven de
publicidad. Tampoco tienen que comprar comida porque viven invitados. Si por casualidad, una noche, al escondido, se
escapan con un amante al restaurante, el dueño del restaurante los reconoce y les dice: "Doctor, ni se le ocurra, yo a usted
no le cobro". Los ricos no pagan ni cuando quieren pagar. Y si por error alguien no los reconoce, ahí está la tarjeta platino
de los gastos de representación de la empresa. O basta una frase: la cuenta me la manda a la oficina. ¿Los hijos? A los hijos
les dan beca de inmediato, en el colegio, en las universidades, donde quieran. "Doctor, para nosotros sería un honor..." Y si
algún hijo calavera está desempleado también se lo colocan, y no de barrendero. Los ricos están llenos de cargos, pero no
tienen cargas.
Hasta ahora he hablado de los superpoderosos, pero no se necesita ir tan lejos. También los ricos normales viven mucho
más barato que los pobres. Pongamos un Echavarría blanco que este fin de semana decide que quiere ir a la finca en tierra
caliente, a dos horas de Bogotá; y pongamos un Echavarría negro que ese mismo fin de semana tiene que ir al mismo
pueblo de tierra caliente a ver la mamá que está enferma. El doctor Echavarría, blanco, coge una burbuja y le acaba de
llenar el tanque con veinte mil pesos de gasolina extra. Wilfer Echavarría, de oficio portero, tiene que pedir permiso para
no ir a trabajar el sábado. El permiso se lo dan, pero le descuentan el día: diez mil pesos; y el bus le cuesta 12 mil a la ida y
12 mil al regreso. Al blanco el viaje le sale en 20 mil, al negro en 37 mil, sin contar que como el recorrido le resulta más largo
se tiene que comprar por lo menos una gaseosa.
Sigamos el ejemplo. Si resulta que al pobre, ese fin de semana, se le muere la mamá, le toca endeudarse un año para
hacerle un entierro como cualquier otro cristiano se merece. La caja, el cura, la tumba, el velorio, la lápida, las flores, el bus
y los taxis de alquiler para llevar a toda la familia, innumerable. Se muere la mamá del blanco y la incineran en un
santiamén y las cenizas se las echan de abono a un naranjo. Más aún, el Echavarría rico, como todos los ricos, tiene un
hermano en Miami y hay que llamar a avisarle. Lo llama gratis por el celular porque el domingo hay promoción. El pobre,
como todos los pobres, también tiene un hermano en Miami. Pero para llamarlo le toca salir corriendo a Telecom, hacer
fila una hora, y cuando al fin se logra comunicar le arrancan un ojo de la cara por cinco minutos de ecos, pitos y angustia.
Cualquiera que haya jugado monopolio, lo sabe: ser rico no cuesta nada. Uno va de hotel en hotel, con todos los gastos
pagados. Al pobre le arrancan el alma aunque no quiera entrar y solo esté de paso. La conclusión es absurda, pero cierta:
ser rico no cuesta nada, ser pobre sale carísimo.
¿Cual es la idea principal del texto? ​

Respuesta :

La idea principal del texto es que ser pobre es mucho más costoso y difícil que ser rico. Se resalta cómo las personas ricas tienen acceso a una amplia gama de privilegios y beneficios que les permiten vivir cómodamente sin tener que preocuparse por los gastos básicos de la vida, mientras que las personas pobres enfrentan numerosos obstáculos y dificultades que les hacen gastar más dinero y esfuerzo para satisfacer sus necesidades básicas. Se hace hincapié en las disparidades económicas y sociales que existen en la sociedad, mostrando cómo estas afectan profundamente la calidad de vida de las personas.

ESPERO QUE TE SIRVA!

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