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Las propiedades intensivas son aquellas que no dependen de la cantidad de materia presente en una sustancia, sino que son características intrínsecas de la misma. En la vida cotidiana, podemos encontrar ejemplos de propiedades intensivas en diversos contextos. Aquí tienes algunos ejemplos:

1. Densidad: La densidad es una propiedad intensiva que se refiere a la cantidad de masa por unidad de volumen de una sustancia. Por ejemplo, la densidad del agua es de aproximadamente 1 gramo por centímetro cúbico, independientemente de la cantidad de agua que haya en un vaso.

2. Punto de ebullición: El punto de ebullición es la temperatura a la cual una sustancia pasa de estado líquido a estado gaseoso. Es una propiedad intensiva que no depende de la cantidad de líquido presente. Por ejemplo, el punto de ebullición del agua es de 100 grados Celsius al nivel del mar.

3. Temperatura: La temperatura es una propiedad intensiva que indica la energía cinética promedio de las partículas en una sustancia. La temperatura de un objeto es la misma sin importar su tamaño o cantidad. Por ejemplo, un termómetro marca la misma temperatura tanto en un vaso de agua pequeño como en una piscina grande.

4. Color: El color de una sustancia es una propiedad intensiva que no cambia con la cantidad de la sustancia presente. Por ejemplo, el color de una manzana roja es el mismo independientemente de su tamaño.

5. Índice de refracción: El índice de refracción es una propiedad intensiva que describe la velocidad de la luz en un medio en comparación con la velocidad en el vacío. Por ejemplo, el índice de refracción del vidrio es constante para un tipo específico de vidrio, independientemente de su grosor.