Respuesta :

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Exposición:

En el pequeño y tranquilo pueblo de San Fernando, vivía Doña Juana, una mujer de setenta y cinco años conocida por su carácter indomable y su sabiduría adquirida a lo largo de los años. Doña Juana había vivido toda su vida en San Fernando, un lugar donde la modernidad llegaba a cuentagotas y las tradiciones eran sagradas. Su casa, una construcción colonial, era el centro de reunión para los habitantes del pueblo que buscaban consejo o simplemente querían escuchar sus historias.

Pedro Juan Caballero, un joven de veinte años, había regresado recientemente al pueblo después de pasar unos años en la ciudad estudiando ingeniería. A pesar de la diferencia de edad, Pedro Juan sentía una gran admiración por Doña Juana y solía visitarla para escuchar sus anécdotas y aprender de su experiencia.

nudo:

Un día de verano de 2021, Doña Juana decidió compartir con Pedro Juan una historia que nunca antes había contado. "Pedro Juan, hoy te hablaré de un secreto que ha estado en mi familia por generaciones", comenzó Doña Juana, con una mirada profunda y seria. "Hace mucho tiempo, mi bisabuelo escondió un tesoro en algún lugar del pueblo. Durante años he buscado pistas, pero sin éxito. Solo sé que está relacionado con la vieja iglesia".

Intrigado, Pedro Juan se ofreció a ayudarla. Juntos, comenzaron a investigar cada rincón de la antigua iglesia, un edificio que había resistido el paso del tiempo. A medida que pasaban los días, la relación entre Doña Juana y Pedro Juan se fortalecía, cada pista los llevaba más cerca del objetivo, pero también les presentaba nuevos desafíos.

Una tarde, mientras revisaban unos documentos antiguos parroquiales, encontraron un mapa dibujado a mano con indicaciones que parecían llevar a un lugar específico en el patio trasero de la iglesia. El corazón de ambos latía con emoción mientras se dirigían al lugar indicado.

Desenlace:

Excavaron con cuidado y paciencia, y después de unas horas, Pedro Juan golpeó algo duro con la pala. Ambos se miraron con ojos brillantes. Desenterraron un viejo cofre de madera, cubierto de musgo y tierra. Doña Juana, con manos temblorosas, abrió el cofre para encontrar dentro de antiguos objetos de valor: monedas de oro, joyas y un pergamino con la historia de su bisabuelo.

Con lágrimas en los ojos, Doña Juana agradeció a Pedro Juan por su ayuda. No solo habían encontrado un tesoro material, sino que también habían rescatado una parte de la historia de su familia. Pedro Juan, por su parte, se sintió honrado de haber sido parte de esta aventura y de haber ganado una amiga tan valiosa en el proceso.

Desde ese día, la leyenda del tesoro de Doña Juana se convirtió en una de las historias favoritas del pueblo, y Pedro Juan Caballero fue reconocido no solo como un ingeniero brillante, sino también como el joven que ayudó a desenterrar los secretos del pasado.

Explicación:

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