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1. Ilusión de Ponzo
La percepción de profundidad se puede alterar dibujando en la hoja dos líneas rectas divergentes. Si se añaden al dibujo elementos iguales, pero oportunamente distanciados, los objetos que se encuentran en la convergencia de las rectas parecen más alejados y por lo tanto más altos que los que se encuentran donde las rectas divergen más.
2. La ilusión de Kanizsa
Tres discos coloreados colocados en el mismo plano y de los que se ha recortado una pequeña porción dan la ilusión de que en la hoja se dibuja también un triángulo blanco. En realidad no hay ningún triángulo, como ocurre al cambiar la disposición de los disquetes: nuestra mente completa la imagen con sólo los detalles.
3. El cubo de Necker
¿Cuál es la cara anterior del cubo? ¿Y la parte posterior? El cerebro no puede decidir porque no tiene puntos de referencia para determinar qué parte del cubo está más cerca y cuál más lejos.
4. Las ilusiones relacionadas con el color
En la copa de Rubin se pueden distinguir tanto el objeto (la copa) como dos perfiles humanos según se preste mayor atención al blanco de la copa o al negro del fondo.
Otro engaño en la percepción del color es el que se produce cuando se superpone una franja homogénea de color a un fondo difuminado: el extremo de la franja que se encuentra en la parte más oscura del fondo parecerá más claro y viceversa.
5. Las figuras imposibles
Hay objetos que sólo pueden vivir en el papel, pero son totalmente irrealizables. Un ejemplo es la escalera sin fin, en la que se puede bajar o subir hasta el infinito porque el primer y el último escalón coinciden. Escaleras sin fin y otros objetos imposibles se encuentran con frecuencia también en muchas obras realizadas por Maurits Cornelis Escher.
6. Imágenes ambiguas
¿Joven o mayor? En "Mi Esposa y mi suegra", caricatura realizada por el artista inglés W.E. Hill en 1915, se puede ver tanto una joven filmada de tres cuartos como el perfil de una anciana pensativa.
Gracias