En "El Matadero" de Esteban Echeverría, la diferencia en la representación de la Chusma y del Unitario es fundamental para comprender la dinámica social y política de la época.
La Chusma está representada como una masa ignorante, brutal y despiadada, que actúa bajo impulsos primarios y violentos. Son retratados como seres primitivos, sin moral ni humanidad, que disfrutan del sufrimiento ajeno y se regocijan en la violencia.
Por otro lado, los Unitarios son presentados como personas educadas, cultas y civilizadas, que defienden ideas progresistas y liberales. Representan la intelectualidad y la clase ilustrada, pero también son vistos con desprecio por la Chusma y por las autoridades conservadoras de la época.
Esta diferencia en la representación de la Chusma y del Unitario refleja las tensiones sociales y políticas de la Argentina del siglo XIX, marcada por conflictos entre liberales y conservadores, así como por la lucha de clases y la disparidad entre las élites culturales y la población marginal.
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