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Los huesos del pollo que más se parecen a los huesos humanos son los de las extremidades, como las patas y las alas. Aunque no son idénticos, comparten ciertas características estructurales, como la presencia de huesos largos, cortos y planos. Por ejemplo, el fémur del pollo se asemeja al hueso del muslo humano, y los huesos de las alas tienen similitudes con los huesos de los brazos y los antebrazos en los humanos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la estructura ósea de los pollos y los humanos difiere en muchos aspectos, ya que están adaptados para diferentes funciones y ambientes.

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