Respuesta :

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En un oscuro y solitario callejón, dos almas perdidas se encuentran en un cruce de destinos. María, con el corazón roto y lágrimas en los ojos, busca desesperadamente respuestas en la noche fría. Mientras tanto, Juan, un vagabundo atormentado por sus demonios internos, deambula sin rumbo fijo en busca de redención.

El silencio pesado se rompe cuando sus miradas se cruzan, chispas de dolor y anhelo se reflejan en sus ojos. Sin mediar palabra, un vínculo invisible los une en un abrazo lleno de tristeza y compasión. En ese instante efímero, el tiempo se detiene y el universo parece susurrarles secretos del pasado.

Entre susurros de confesiones silenciosas, María y Juan comparten sus penas y sueños rotos. En un baile de emociones intensas, se abren el uno al otro, revelando cicatrices invisibles y anhelos perdidos en la oscuridad de sus almas.

Al amanecer, el callejón vacío guarda el eco de un encuentro fugaz pero profundo, donde dos almas heridas encontraron un destello de esperanza en medio de la desolación. En silencio, se separan con la promesa de que, aunque sus caminos se separen, el recuerdo de esa noche los acompañará en la eternidad.