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Tras la caída del Imperio Romano en el año 476 d.C., se produjeron una serie de cambios significativos en Europa y el Mediterráneo. Algunos de estos cambios incluyeron:
1. Descentralización del poder: Con la desintegración del Imperio Romano, Europa experimentó un período de descentralización política, donde el poder se fragmentó en diferentes reinos y territorios gobernados por líderes locales, lo que condujo al surgimiento de los reinos germánicos, el Imperio Bizantino y otros reinos.
2. Cambios sociales y económicos: La economía se vio afectada por la disminución del comercio a larga distancia y la inestabilidad política, lo que llevó a un cambio hacia una economía más localizada y basada en la agricultura. Además, hubo cambios en la estructura social, con la aparición de un sistema feudal y una sociedad más jerarquizada.
3. Difusión del cristianismo: A pesar de que el Imperio Romano adoptó el cristianismo como religión oficial antes de su caída, la difusión del cristianismo continuó en Europa, con la Iglesia desempeñando un papel importante en la vida social, cultural y política de la época.
4. Invasiones bárbaras: Tras la caída del Imperio Romano, hubo una serie de invasiones bárbaras que afectaron a Europa occidental, con pueblos como los visigodos, vándalos, ostrogodos y francos estableciendo sus propios reinos en las antiguas provincias romanas.
Estos son solo algunos de los cambios significativos que ocurrieron tras la caída del Imperio Romano. La historia posterior a este evento es compleja y variada, con una serie de desarrollos políticos, culturales y sociales que sentaron las bases para la Europa medieval.