Respuesta :

En un remoto bosque, donde los árboles se alzaban majestuosos y la naturaleza cantaba su eterna melodía, vivía una comunidad de animales que convivían en armonía. Sin embargo, un día surgió un conflicto entre los habitantes del bosque. Un viejo roble y un joven pino discutían sobre cuál de ellos daba mejor sombra en los días calurosos.

Durante días, la discusión creció y se extendió entre los animales, dividiéndolos en dos bandos. El conflicto perturbaba la paz del bosque, y la tensión se sentía en el aire. Justo cuando parecía que la disputa nunca tendría fin, llegó una lluvia inesperada. Las gotas cayeron suaves al principio, y luego con mayor intensidad, lavando la tierra y refrescando el ambiente.

La lluvia trajo consigo un aire de calma y reflexión. Los animales comenzaron a darse cuenta de lo insignificante que era su conflicto comparado con la grandeza de la naturaleza que los rodeaba. Se reunieron bajo la lluvia, dejando que esta apagara el fuego de su discordia.

Cuando la lluvia cesó, el sol apareció en el cielo, brillando con un resplandor renovado. Los animales decidieron celebrar su reconciliación con una fiesta al atardecer. Prepararon un festín con frutos y bailaron al ritmo de un tambor hecho con la corteza de los árboles, cuyos latidos resonaban como el corazón del bosque.

La alegría y la felicidad se apoderaron de todos, y bajo el cálido sol del atardecer, comprendieron que su verdadera fuerza residía en la unidad y la armonía. Desde ese día, el tambor del bosque no solo marcaba el ritmo de sus fiestas, sino también el latido de su amistad eterna.