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Si los ácidos nucleicos, como el ADN y el ARN, no funcionan correctamente, podría causar una serie de problemas en el organismo. Estos ácidos son esenciales para la transmisión y la expresión de la información genética, por lo que si no funcionan adecuadamente, podrían provocar trastornos genéticos, enfermedades e incluso la muerte celular. Por ejemplo, mutaciones en el ADN pueden llevar al desarrollo de enfermedades genéticas como la fibrosis quística o ciertos tipos de cáncer. Además, los errores en la replicación del ADN pueden resultar en problemas de desarrollo y funcionamiento de los organismos.