La principal característica del territorio de Mesopotamia es su ubicación entre dos ríos: el Tigris y el Éufrates. Esta ubicación permitió que la zona fuera muy fértil y rica en recursos naturales, como el agua y la tierra fértil. La actividad económica más importante en Mesopotamia fue la agricultura, ya que el suelo era muy fértil y podía cultivarse una gran variedad de cultivos. Además, el riego de los cultivos era muy fácil, ya que los ríos Tigris y Éufrates eran abundantes y fácilmente accesibles. Esto permitió que la población de Mesopotamia se desarrollara y prosperara, y que se desarrollara una economía basada en la agricultura.
