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El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos se clasifica como **turismo cultural**. Ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer la historia del ferrocarril en México, ver locomotoras y vagones históricos, y apreciar su impacto en el desarrollo del país.

Respuesta: El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM) es un espacio expositivo dedicado a estudiar, conservar y difundir el legado ferroviario a partir de reseñas históricas del Ferrocarril, desde sus inicios en 1988 hasta la actualidad.1​2​ Este recinto se encuentra situado en el Centro histórico de Puebla, en la capital del homónimo del estado de Puebla, México.

Descripción general

El museo cuenta con un importante número de objetos de carácter histórico ferrocarrilero, piezas que no solo formaron parte del equipo rodante, que es imponente y majestuoso, sino también objetos de la vida cotidiana utilizados en oficinas, talleres y patios de la ya desaparecida empresa ferrocarrilera. Existen asimismo espacios lúdicos e inmensas áreas verdes para el deleite de chicos y grandes. Aquí se encuentran auténticos vagones de ferrocarril que fueron usados en diferentes épocas, entre estos se incluye un vagón presidencial y máquinas de vapor antiguas.

Cuenta con varias salas de exposición, en las cuales se exhiben de manera temporal diversas exposiciones, todas relacionadas con la cultura ferrocarrilera. Generalmente se muestran a través de un guion museográfico los diferentes acervos que ahí se contienen, como mapas o planos de estaciones, rutas o caminos férreos, fotografías, archivos históricos y libros especializados en el tema ferrocarrilero.

Historia

Antiguas Estaciones del Ferrocarril Mexicano y del Mexicano del Sur

El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos se encuentra ubicado en los predios que formaron parte de las estaciones del Ferrocarril Mexicano, y del Mexicano del Sur, en la ciudad de Puebla. De ambos edificios, sólo se conserva el de la Antigua Estación del Ferrocarril Mexicano, actual sede del Museo.

La Antigua Estación del Ferrocarril Mexicano formó parte de la infraestructura planeada para la línea del ferrocarril que correría de la ciudad de México al Puerto de Veracruz, vía Orizaba; específicamente, se ubicó en la ciudad de Puebla, en un ramal de la vía principal que llegaría a la Angelópolis, partiendo de Apizaco en el estado de Tlaxcala.

Locomotora de vapor en el mueso.

Fue en 1857 que la familia Escandón recibió del gobierno de la República, la concesión a perpetuidad para la construcción de la nueva línea férrea, y para 1861, se aprobó el contrato para el tendido de vía de lo que entonces se nombró como “Ferrocarril Veracruz-México-Acapulco y ramal a Puebla”, dicho contrato incluía además, el compromiso de la compañía ferroviaria para construir estaciones en las ciudades de México y Puebla; en esta última, se establecería una estación de pasajeros con taller de reparaciones (ambos de segunda clase), un local para albergar seis máquinas y una cubierta para guardar vagones.3​

En 1864, Maximiliano transfiere la concesión de esta línea de ferrocarril a la Compañía Limitada del Ferrocarril Imperial de México, empresa constituida en Londres. Con esta compañía se amplió el tendido de línea hasta Veracruz y se continuó con la habilitación de infraestructura que contemplaron 185 millas de “trabajo de tierra” para la vía de México a Boca del Monte (Veracruz), incluido el ramal a Puebla, trabajos que para 1866 se encontraban concluidos, no así la edificación de la estación, la cual se encontraba aún pendiente.4​

Con la República restaurada, y ya como presidente Benito Juárez, en 1867, se transforma la Compañía Limitada del Ferrocarril Imperial de México, en el Ferrocarril Mexicano, cuyo propósito era concluir el ferrocarril de México a Veracruz. A través de un nuevo decreto, se estableció que en diciembre de 1868 se tendría que finalizar el ramal de Puebla a Apizaco (plazo que se extendería un año más para la terminación de obra).