Respuesta :

El paisaje caribeño es una maravilla que supera cualquier relato escuchado en la penumbra de las tabernas europeas. Al amanecer, el sol se alza sobre un horizonte de aguas turquesas, reflejando un cielo tan claro y azul que parece no tener fin. Las playas son de una arena blanca y fina, que brilla como el oro bajo la luz del sol, y están bordeadas por una vegetación exuberante y desconocida, llena de plantas de un verde vibrante y flores de colores intensos.

Las palmeras se mecen suavemente con la brisa marina, y el aire está cargado con el aroma de la sal y de las fragancias dulces de frutas tropicales. Más allá de la playa, la selva se extiende densa y misteriosa, hogar de aves de plumaje iridiscente y cantos exóticos. Al adentrarnos un poco en la isla, descubrimos ríos de aguas cristalinas y cascadas que caen con fuerza, creando un sonido relajante y continuo.

El mar es sereno, con olas suaves que acarician la orilla, y al mirar hacia el fondo se pueden ver peces de colores vivos nadando entre corales y algas. Este nuevo mundo es un paraíso virgen, lleno de promesas y secretos por descubrir, una tierra de una belleza que nuestros ojos nunca habían contemplado.

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