Querido padre,
Espero que esta carta te encuentre bien y con salud. He recibido tus últimas palabras con gran pesar y reflexión. Entiendo tu deseo de que siga tus pasos y asuma responsabilidades mayores en la corte, pero te pido que consideres mi posición y mis sentimientos en este asunto.
Desde mi juventud, he sentido una inclinación profunda por el arte y la poesía. He encontrado en ellos una forma de expresar mi visión del mundo y de conectar con mi propia identidad. Cada verso que escribo es un intento sincero de transmitir emociones y pensamientos que no encuentran otro cauce en mi vida cotidiana en la corte.
No obstante, entiendo la importancia de nuestras responsabilidades como familia real y de las expectativas que pesan sobre mí. Prometo que no tomaré tus palabras a la ligera y reflexionaré profundamente sobre cómo puedo equilibrar mis pasiones personales con mis deberes hacia nuestra dinastía y nuestro reino.
Espero que podamos discutir este tema en persona en nuestra próxima reunión. Valoraré tu sabiduría y guía en este momento crucial de mi vida.
Con cariño y respeto,
Enrique
