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Explicación:

En el segundo capítulo de "Vamos a calentar el sol" de José Mauro de Vasconcelos, seguimos la historia de Zezé, un niño travieso e imaginativo. En este capítulo, Zezé explora y profundiza su relación con su familia y su entorno, revelando más de su mundo interior y su percepción de la realidad.

Zezé es un niño sensible y con una gran capacidad para la fantasía, lo que le permite escapar de las dificultades de su vida cotidiana. A pesar de su carácter inquieto y sus travesuras, muestra un lado tierno y vulnerable, especialmente en sus interacciones con su familia. La relación con su padre y su madre es compleja, ya que aunque hay amor, también hay momentos de tensión y incomprensión.

Este capítulo también introduce la figura del “amigo imaginario” de Zezé, un símbolo de su necesidad de afecto y comprensión en un entorno que a menudo le resulta hostil. La amistad imaginaria le brinda consuelo y compañía, destacando su deseo de encontrar un espacio seguro donde pueda expresar sus sentimientos y su creatividad sin ser juzgado.

A lo largo de la narración, la autora utiliza un lenguaje poético y emotivo para describir las experiencias y emociones de Zezé, permitiendo al lector conectarse profundamente con el personaje. Este capítulo es fundamental para entender la psicología de Zezé y el mundo que lo rodea, marcando el tono emocional del resto de la obra.

En resumen, el segundo capítulo de "Vamos a calentar el sol" profundiza en la vida interior de Zezé, su relación con su familia y su entorno, y presenta la importancia de la imaginación como un refugio frente a las adversidades de la vida.