Respuesta :

Explicación:

Desayuno:

Pan: Integral o blanco, rico en carbohidratos complejos.

Cereales: Avena y granola, fuentes de carbohidratos.

Frutas: Bananas, manzanas y naranjas, que contienen carbohidratos simples.

Jugo de frutas: Jugos como el de naranja, que aportan fructosa.

Yogur: Especialmente con frutas o miel, que contiene lactosa y azúcar añadida.

Almuerzo:

Arroz: Blanco o integral, fuente de carbohidratos complejos.

Pasta: Espaguetis y macarrones, hechos principalmente de carbohidratos.

Pan: En sándwiches o como acompañamiento.

Legumbres: Lentejas, frijoles y garbanzos, con carbohidratos complejos.

Verduras: Patatas, maíz y guisantes, que contienen carbohidratos.

Frutas: Manzanas, peras o uvas, como postres o acompañamientos.

Cena:

Papas: Cocidas, en puré o al horno, ricas en carbohidratos.

Quinoa: Grano que contiene carbohidratos complejos.

Vegetales almidonados: Calabaza, zanahorias y batatas.

Pan: Integral o de maíz como acompañamiento.

Arroz: Blanco, integral o en sushi.

Frutas: En postres o ensaladas de frutas.

Estos glúcidos abarcan tanto carbohidratos simples (azúcares en frutas y jugos) como complejos (granos, legumbres y verduras), esenciales para una dieta equilibrada.