El asombro, por lo tanto, despierta la curiosidad intelectual y motiva a la reflexión filosófica. Es el inicio de un proceso de búsqueda de conocimiento y comprensión que caracteriza el pensamiento filosófico desde sus inicios. Así, para Carpio, el asombro juega un papel crucial en el origen de la filosofía al ser el motor que impulsa a los seres humanos a explorar y cuestionar las realidades que nos rodean.
En el caso de Platón, el asombro es la disposición primera del conocimiento en un doble sentido: antecede al deseo de conocimiento y también lo posibilita. El asombro pone en movimiento las tres partes que integran el alma y gracias a este movimiento llega al descubrimiento de la verdad
