Respuesta:
La tasa de crecimiento natural, también conocida como tasa de crecimiento demográfico, se calcula restando la tasa de mortalidad de la tasa de natalidad en una población. Es decir, se expresa como la diferencia entre la cantidad de nacimientos y la cantidad de fallecimientos por cada 1,000 habitantes en un año determinado.
En términos generales, la tasa de crecimiento natural en el mundo ha ido disminuyendo gradualmente en las últimas décadas. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la tasa de crecimiento natural mundial se sitúa actualmente en alrededor del 1.1% anual.
En cuanto a si este crecimiento es equitativo entre países desarrollados y en vías de desarrollo, existen diferencias significativas:
1. Países Desarrollados:
- En general, los países desarrollados tienden a tener tasas de crecimiento natural más bajas o incluso negativas debido a factores como la mayor accesibilidad a servicios de salud, educación y planificación familiar, así como a una mayor urbanización y cambios en las estructuras familiares.
- La disminución de la tasa de fecundidad y el envejecimiento de la población son tendencias comunes en los países desarrollados, lo que puede llevar a desafíos demográficos como el envejecimiento de la población y la disminución de la fuerza laboral.
2. Países en Vías de Desarrollo:
- Los países en vías de desarrollo suelen tener tasas de crecimiento natural más altas debido a factores como la falta de acceso a servicios de salud reproductiva, altas tasas de fecundidad, pobreza, desigualdad y limitado acceso a la educación.
- Estos países pueden enfrentar desafíos como el crecimiento rápido de la población, presión sobre los recursos naturales, dificultades para proporcionar servicios básicos a una población en crecimiento y mayores tasas de mortalidad infantil y materna.
En resumen, la tasa de crecimiento natural en el mundo varía entre países desarrollados y en vías de desarrollo, reflejando las diferencias en acceso a servicios de salud, educación, planificación familiar y otros factores socioeconómicos. Es importante abordar estas disparidades y promover políticas que fomenten un crecimiento poblacional sostenible y equitativo a nivel global.
