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Respuesta: La Historia de Atima Imaoma

Esta narración comienza en una pequeña aldea donde vivían dos jóvenes: Imaoma, un cazador, y Atima, una habilidosa artesana de plumas y pieles. Imaoma miró tres veces a Atima, lo que en su cultura significaba que quería casarse con ella. Atima aceptó y se unieron en matrimonio.

Como regalo de bodas, Atima le obsequió a Imaoma un brazalete de piel, y él a su vez le talló un pequeño espejo enmarcado en ébano. Sin embargo, el destino les depararía dificultades: un día, Atima e su hija Atima Imaoma fueron capturadas por cazadores de hombres. A pesar de los esfuerzos de Atima por rescatar a su hija, esta fue llevada a América del Sur, donde la familia Fontezo y Cabrera la compró para ser la doncella personal de su hija Raquel. A partir de entonces, la niña pasó a llamarse Silencio.

Aunque Silencio creció en un entorno relativamente favorable, siempre sintió la tristeza de no recordar a su familia ni su verdadero nombre. El pequeño espejo de ébano, herencia de su madre, se convirtió en su único vínculo con su pasado. En él, Silencio descubrió inscrita la frase “AMO A MI AMITA”, que al leerla en el espejo se invertía: “ATIMA IMA OMA”.

Así, el espejo africano conectó las vidas de Atima Imaoma y Silencio a través del tiempo y la distancia, revelando la profunda conexión entre ambas. Una historia de pérdida, identidad y esperanza que trasciende continentes y generaciones.

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