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A partir de 2024, el Acuerdo de París impulsará a los países firmantes a actualizar y presentar compromisos climáticos más ambiciosos cada cinco años, con mecanismos más estrictos de transparencia y revisión para monitorear el progreso. Se espera un aumento en las contribuciones financieras de los países desarrollados al Fondo Verde para el Clima, así como un enfoque intensificado en la adaptación al cambio climático y la colaboración sectorial y regional. Además, el primer "balance global" en 2023 evaluará el progreso colectivo, influenciando las futuras políticas y compromisos climáticos.