Respuesta :

En general, los beneficios de la diversidad culinaria, como el enriquecimiento cultural, la mejora de la nutrición, la innovación, el impulso económico y la conexión social, superan los posibles riesgos. Con una gestión adecuada y una conciencia de los posibles desafíos, es posible maximizar los beneficios mientras se minimizan los riesgos. La clave está en encontrar un equilibrio que permita disfrutar de la riqueza de la diversidad culinaria de manera segura y sostenible.