¿Cómo se vuelve normal la violencia?

Muchas veces, la violencia se asume como una forma “normal” de relacionarse con la familia, las amistades o la pareja. Esto expresa que consideramos normal que ciertas personas puedan establecer relaciones de subordinación. Quizá cuando analizamos la historia de Susana, pudimos haber reconocido fácilmente que su reacción con su hermano menor fue violenta… ¡Y de hecho lo fue; pero también la del papá! Esta expresa una relación de poder vertical e intransigente, ya que ni siquiera le da a su hija Susana la posibilidad de pensar en alternativas de solución: ¿ir con su hermano?, ¿dejar al hermano con la abuela? En todo caso, ¿por qué no dejarle las indicaciones a Gustavo, su hermano mayor, para que lo cuide? ¿No sería lo mejor? Lamentablemente, por los estilos de crianza, el respeto o el cariño que sentimos hacia ciertas personas, muchas veces podemos ser capaces de tolerar situaciones de maltrato físico o psicológico. Y estas mismas razones impiden que reconozcamos nuestras emociones adecuadamente; peor aún, nos llevan a que carguemos con sentimientos negativos y que pensemos que no son tan malos o que creamos que nos merecemos dicho trato. Profundizar en nuestras emociones y en el origen de nuestros sentimientos es de gran ayuda para evitar que consideremos “normal” aquello que no lo es. Por ello, es importante cuestionar este tipo de relaciones y tomar la iniciativa para proponer alternativas de solución. Mientras haya mayor diálogo, habrá mayores alternativas de solución y menos violencia.

-Describe las secuencias de violencia encontradas entre las personas estudiadas en los casos presentados

Pliss ​

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En los casos presentados:

1. Violencia entre Susana y su hermano menor:

- Susana reacciona violentamente hacia su hermano menor debido a un conflicto.

- La relación muestra un desequilibrio de poder donde Susana no tiene la oportunidad de considerar alternativas de solución.

2. Violencia del padre hacia Susana:

- El padre también ejerce violencia al imponer su autoridad de manera intransigente.

- No permite a Susana participar en la resolución del conflicto de manera dialogada ni expresar sus emociones.

3. Patrones de crianza y tolerancia al maltrato:

- Los estilos de crianza pueden llevar a la tolerancia del maltrato físico o psicológico.

- La falta de reconocimiento emocional y el respeto condicional pueden perpetuar la creencia de merecer el maltrato.

4. Reflexión y alternativas de solución:

- Es crucial profundizar en las emociones y comprender su origen para evitar normalizar la violencia.

- Promover el diálogo y proponer alternativas de solución puede ayudar a mitigar la violencia y mejorar las relaciones interpersonales.

Estas secuencias de violencia resaltan la importancia de cuestionar y abordar las dinámicas que perpetúan comportamientos violentos en las relaciones cotidianas.