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Claro, aquí tienes una anécdota sobre un estereotipo:

En la universidad, una amiga que era muy buena en matemáticas solía recibir comentarios de sus compañeros que la sorprendían. Muchas veces, la gente asumía que, como mujer, no podía ser buena en matemáticas y la cuestionaban cuando sacaba buenas calificaciones. Un día, durante un examen de matemáticas, un compañero le dijo en tono burlón: "¿Te ayudó alguien con esto?". Ella, en lugar de sentirse mal, decidió demostrar su capacidad. Cuando obtuvo la mejor nota de la clase, compartió su trabajo en una presentación, explicando su proceso. Esa experiencia no solo la empoderó a ella, sino que también abrió los ojos de sus compañeros, desafiando el estereotipo de que las mujeres no son buenas en matemáticas.

Esta anécdota ilustra cómo los estereotipos pueden ser dañinos, pero también cómo una persona puede desafiar esas percepciones y cambiar la narrativa.