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Retroceso del hielo marino: El cambio climático ha provocado un notable retroceso del hielo marino en el Ártico. Esto significa que áreas que solían estar cubiertas de hielo durante todo el año ahora están experimentando períodos más largos de hielo marino reducido o incluso sin hielo en verano. Este cambio tiene un impacto significativo en la ecología costera y en las comunidades que dependen del hielo marino para la caza y el transporte.

Erosión costera acelerada: La pérdida de hielo marino y el aumento de la temperatura están acelerando la erosión costera en el Ártico. Las costas están perdiendo su protección natural de hielo y están más expuestas a la acción de las olas y las corrientes. Esto ha llevado a la desestabilización de las costas, la pérdida de hábitats costeros y la amenaza para las comunidades indígenas que viven en esas áreas.