Respuesta:
Durante el período neolítico, el ser humano desarrolló una estrecha relación con su entorno geográfico al volverse sedentario, practicar la agricultura y la ganadería. Esta interacción implicó seleccionar cuidadosamente ubicaciones para asentamientos, adaptar técnicas agrícolas al entorno y modificar el paisaje. Esta relación marcó un cambio significativo en la forma en que las comunidades humanas interactuaban con la naturaleza para satisfacer sus necesidades básicas.
Explicación:
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