Respuesta :

La característica que se argumenta nos hace ser a imagen y semejanza de Dios es nuestra capacidad de raciocinio y moralidad. Esto incluye la habilidad de pensar abstractamente, tomar decisiones éticas, y ser conscientes de nosotros mismos y del mundo. La creatividad, el libre albedrío, la capacidad de discernir entre el bien y el mal, y la habilidad de formar relaciones significativas también se consideran reflejos de la naturaleza divina en nosotros.